lunes, julio 02, 2007

Boletín del SUNTRACS

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POR LA VIDA
La serie de medidas adoptadas por el Gobierno en el plano económico y político no dejan la menor duda que van encaminadas a establecer mejores condiciones para la clase pudiente y transaccionales de seguir amasando inmensas fortunas a costa de la sobre explotación de los trabajadores y del sacrificio de las clases necesitadas.
El desenfrenado aumento de la canasta básica familiar, el alza de la luz, los precios exorbitantes de la telefonía, agua y recolección de basura; el crecimiento incontrolable de la pobreza, el desempleo y el sector informal; la falta de respuesta a la demanda de los familiares de las víctimas por dietilene glycol y del bus calcinado, la ausencia de respuestas a las demandas de padres de familias, estudiantes y docentes por las malas condiciones de los colegios; la represión contra las comunidades del área urbana que se manifiestan por la falta de servicios públicos, vivienda, transporte y contra la inseguridad ciudadana; así como también la lucha de los campesinos e indígenas en rechazo a los proyectos mineros, turísticos, de infraestructura, hidroeléctricos, represas, embalses que amenazan la existencia de algunas poblaciones y resultan en un atentado a nuestro patrimonio natural, cultural e histórico; nos plantea que estamos ante la urgencia de conjugar esfuerzos por la defensa de la VIDA misma.
Como si fuera poco, el Gobierno decidió firmar, prácticamente a ciegas, el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el cual pretende pasar mediante un nuevo MADRUGONAZO convocando a sesiones extraordinarias a la corrupta Asamblea Nacional de Diputados.
Es decir aprobar un TLC sin debate, sin divulgación sin mayores explicaciones al pueblo acerca de un tratado que compromete nuestro futuro como nación al contener aspectos que prácticamente harán desaparecer nuestro sector agropecuario, que afectarán la industria local, que crearán desempleo y mayor migración del campo a la ciudad para aumentar los cordones de pobreza; que afectará la salud de los panameños al poder ingresar a nuestro país productos y alimentos sin mayores restricciones, que permitirán la entrada masiva de transgénicos, que significarán la pérdida absoluta de nuestra soberanía alimentaria; que crearán nuevos impuestos al pueblo para sustituir la eliminación de los aranceles; que significarán mayor privatización de recursos estatales y naturales (incluido el agua); que implicarán el aumento de los precios de los medicamentos y otros productos de primera necesidad; y en fin que significarán la entrega total de la economía nacional a las grandes corporaciones transnacionales.
Paralelo a ello, el Gobierno y la clase dominante se empeñan en cerrarle los espacios de participación democrática al pueblo, y buscan acentuar las medidas de represión para penalizar la protesta social  y acallar las voces disidentes, por lo cual estamos ante un escenario de violación a los más elementales derechos humanos y democráticos.
Por ello, como trabajadores, no nos queda otro camino que movilizarnos en las calles y salir en defensa de la VIDA y de los derechos democráticos, acumulando fuerza social, creando poder popular, para lograr la convocatoria popular de una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes para refundar la República y hacer Posible el Panamá digno, justo, democrático, solidario y humano.
 

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